El pasado domingo nos dejaba nuestro compañero Pedro Mari Bilbao Mendizabal. Un adiós inesperado que dio rienda al recuerdo y activó en las memorias de muchos de los que lo conocimos la recuperación de la historia democrática de nuestro pueblo. Afiliado al partido y acérrimo defensor de los fundamentos democráticos y nacionalistas, Pedro Mari se sumergió en la trayectoria política municipal de la mano del Tercio Familiar, poco antes de la convocatoria de las primeras elecciones municipales de 1979 y por la que fue alcalde durante un año. Pero su corazón latía por y para Euzkadi. Y ese ferviente latido le empujaron a formar parte de la plancha elegida por Juan José Ibarretxe para defender los intereses de un pueblo obrero, un foco de atención de la vida industrial de Álava y en cierta medida de aquella Euskadi, referente de la industrialización y refugio de los sueños de miles de hombres y mujeres que buscaban un futuro prometedor. Fueron años difíciles y las inundaciones del 83 agravaron una situación que por todas partes parecía complicarse. Pero su tesón por la defensa de las personas más cercanas y su amor por la democracia, la participación y Euskadi, le llevaron una segunda vez a embarcarse en el barco de la representación política municipal, esta vez en la legislatura de 1987 y desde una perspectiva distinta: la oposición. Pero el compromiso fue el mismo: una Euskadi por y para todos. Con rumbo fijo y con el horizonte puesto en una Euskadi mejor, Pedro Mari ha sido algo más que un representante municipal… desde el pasado domingo Pedro Mari ya es parte de la historia cercana. Egun Handira  arte, alderdikide!